Aunque pueda parecer un detalle sin importancia, el no limpiar la grasa sobrante de los corchos que queda en la madera de las espigas, puede resultar muy perjudicial para la madera de nuestro instrumento ya que se taponan los poros con la suciedad de esta parte, provocando que la madera no pueda transpirar, lo que puede llegar a propiciar una grieta, especialmente en la espiga superior del cuerpo superior.
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